En la evaluación de las dehiscencias periprotésicas mitrales, el área de la dehiscencia se detecta con ETE como una zona libre de ecos por fuera del anillo protésico (Figura 20A). La presencia de regurgitación debe confirmarse con doppler color 32. Con el objetivo de facilitar la comunicación entre el ecocardiografista y el hemodinamista, la localización de la dehiscencia en el anillo protésico se describe en base a unos puntos de referencia que son la orejuela izquierda, la válvula aórtica y la cruz del esqueleto fibroso cardiaco (Figura 21).

El anillo mitral protésico debe examinarse de forma precisa entre 0° y 180°, cuantificando la extensión circunferencial de la dehiscencia mediante un cálculo de a cuántos grados comienza a verse y cuándo desaparece. La presencia de múltiples jets puede identificarse al demostrar áreas del anillo sin dehiscencias.

La ecocardiografía tridimensional ha supuesto un gran avance en la localización y cuantificación de las dehiscencias periprotésicas mitrales. Ofrece una imagen que engloba toda la prótesis en una sola vista, lo que permite conocer y localizar el número de orificios (Figura 22A). La imagen 3D color completa el estudio de la posición y dirección de los jets de regurgitación (Figura 23).

En la cuantificación de las insuficiencias periprotésicas aórticas se utilizan los planos medio esofágicos en eje largo y corto (Figura 24 A,B) y el plano transgástrico, que permite obtener una imagen del tracto de salida a unos 100°-120° con anteflexión de la punta del transductor (Figura 24 C). También puede resultar útil un plano transgástrico profundo a 0° con anteflexión del transductor (Figura 24D).